Rutas del vino inusuales: descubriendo viñedos en lugares insospechados

En el mundo del vino, la innovación y la tradición se entrelazan de una manera sorprendente. Si te gusta el enoturismo, quédate, porque en este artículo exploraremos rutas por viñedos y bodegas inusuales, donde la combinación de viajar y degustar vino se convierte en una experiencia verdaderamente única.

Descubre estos 5 lugares insospechados donde podrás encontrar viñedos y bodegas alternativas.

En el desierto

Comenzamos esta ruta por un lugar en el que el vino florece en paisajes inverosímiles. Destinos, como el Valle de Guadalupe en México, el Valle de Atacama o Tierra Amarilla en Chile o el Desierto de Sonora en Arizona, son oasis vinícolas en medio de vastos paisajes desérticos. Aquí, los viñedos luchan contra las adversidades climáticas para producir vinos únicos. En este último, puedes visitar la Bodega Dos Cabezas, rodeada de cactus gigantes centenarios y probar sus vinos de autor bajo un cielo estrellado.

No obstante, para degustar este tipo de vinos, no hace falta irse muy lejos. En Cogolludo, en pleno corazón del Desierto de Tabernas (Almería), encontramos las Bodegas Perfer, que elabora vinos únicos en un entorno cinematográfico, que evoca los westerns clásicos.

De hielo

En lugares como la península de Niágara en Canadá o la región de Laponia en Suecia, las bajas temperaturas son un recurso en lugar de un obstáculo para la viticultura. Allí, la técnica consiste en dejar sobremadurar la uva en la cepa, que no se cosecha hasta que se produce la primera helada. Cuando el grano se hiela, el agua se expande y rompe la cascarilla de la uva. Estas uvas congeladas ofrecen sabores y perfiles de sabor únicos. Para su degustación, estas regiones ofrecen desde catas de vino en iglús de hielo hasta recorridos por viñedos cubiertos de nieve.

Bajo el mar

Continuamos esta lista de rutas de vino inusuales con la vinificación submarina donde las barricas se llevan al fondo del océano para envejecer y fermentar el vino. Es el caso del archipiélago de las Azores, Croacia o Sicilia, donde algunas bodegas han colocado sus barricas bajo el agua para aprovechar las condiciones únicas del océano. Otro ejemplo lo encontramos en la bahía de San Francisco, donde bodegas locales han experimentado con la vinificación submarina en el frío Pacífico. Una experiencia de viaje verdaderamente única y surrealista para los amantes del vino y los aventureros.

En ciudades históricas

Ahora nos adentraremos en el corazón de ciudades históricas, como el casco antiguo de Estambul o las colinas de Montmartre en París. Estos lugares urbanos albergan todavía viñedos sorprendentes que han revivido la tradición vinícola en medio del bullicio de la ciudad.

En Estambul, la historia se entrelaza con el vino en bodegas subterráneas centenarias, donde los visitantes pueden degustar vinos locales de uvas únicas como el Narince y el Öküzgözü. Además, Estambul ofrece la oportunidad de explorar bodegas boutique con vistas al Bósforo, creando un ambiente inigualable para el enoturismo.

Por otro lado, la segunda semana de octubre, no te pierdas en París la icónica Fête de Vendanges (Fiesta de la Vendimia), que se lleva a cabo anualmente en el corazón de Montmartre, donde antiguamente se cultivaba un vino «made in Paris» (y todavía queda una pequeña producción). Los visitantes pueden degustar una variedad de vinos franceses, mientras disfrutan de conciertos, exposiciones de arte y un ambiente festivo inigualable.

Viñedos volcánicos

Estos viñedos se encuentran en las laderas de volcanes activos o inactivos y la combinación de suelos volcánicos y climas específicos da como resultado vinos con carácter y sabores distintivos. Los viñedos en volcanes, como los del Monte Etna en Sicilia o el Valle de Colchagua en Chile, ofrecen vinos únicos debido a sus suelos volcánicos y climas específicos. En Santorini, Grecia, las vides crecen en suelos volcánicos y producen vinos blancos únicos. Incluso en lugares inusuales como Islandia, se experimenta con la viticultura en invernaderos geotérmicos. Estos viñedos ofrecen vinos distintivos y una experiencia enoturística única en entornos geológicamente fascinantes.

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