Gastando suela: un blog de viajes y literatura
0| Actualizado el 9 diciembre 2019
“No hay edad para coger la mochila y lanzarse a descubrir el mundo”. Esta frase es de Sara, viajera que ha aunado sus dos grandes pasiones en un blog de viajes y literatura: Gastando Suela. Con este blog quiere contagiar ese espíritu viajero a todo el que lo lea. ¡Nos lo cuenta!
¡Hola Sara! Nos gustaría saber más sobre la trotamundos que se encuentra detrás del blog Gastando Suela. ¿Quién es Sara?
Es la chica que está detrás de las aventuras de Gastando Suela. Si tuviera que definirme de alguna manera, diría que soy una soñadora, una persona que quiere vivir muchas vidas dentro de la que le ha tocado. Quizás es por eso que me gusta tanto viajar, porque cada viaje, cada lugar, es como una nueva vida. También será por eso que me gusta tanto leer y por lo que los libros, junto con los viajes, tienen tanto protagonismo en el blog.
En la vida real, he estudiado física e investigando temas de física del medio ambiente, relacionados con el cambio climático. Sueño con ser profesora y recorrer el mundo.
¿Qué fue lo que te motivó a crear tu propio blog de viajes? ¿Encontraste inspiración en otros bloguer@s?
Sí, la verdad es que leer a otros bloguer@s viajeros fue lo que me llevó a crear Gastando Suela. En cada viaje que hacía, me gustaba organizarlo por libre, sumergirme en lo que otros contaban sobre su viaje para poder formar el mío. Fue por eso que pensé que, igual que yo tomaba información de otras personas, estaría bien compartir la mía para ayudar a más gente con sus viajes.
Así nació Gastando Suela, que en sus primeros pasos tenía un nombre mucho más complicado y con menos gancho: Travel, enjoy and share. Un año después quise darle seriedad y nació Gastando Suela y así hasta estos días.
La lectura es otra de tus pasiones y pilares de Gastando Suela, ahora aún más con Wanderlust. ¿Puedes contarnos en qué consiste y cómo surgió la idea?
Wanderlust es una palabra alemana que hace referencia a la nostalgia por el viaje, a ese deseo de viajar, de conocer mundo, que casi todos llevamos dentro. Wanderlust era también una idea a la que llevaba dándole vueltas bastante tiempo, y no fue hasta que viajé al Sudeste Asiático que conseguí sacar el tiempo para lanzarla. La idea y la web empezamos a desarrollarlas durante unos días de lluvia en los que pasábamos las horas en una cafetería con wifi en Krabi, al sur de Tailandia.
Wanderlust son libros de viajes, es combinar dos de mis pasiones, leer y viajar. Es una suscripción trimestral con la que recibes un pack sorpresa en casa cada 3 meses por 23,95 €. La parte principal del pack es el libro, un libro de viajes sorpresa que no descubres hasta que llega a tu casa. Pero además, hay complementos para la lectura. En el último envío, por ejemplo, el libro era el de “Un viaje interior” de Marcando el Polo y los complementos eran un té Matcha, una guía de lectura con un vídeo de los autores y una postal viajera. Como todo ayuda a mantener las ganas de viajar, pensé que Wanderlust era el nombre perfecto para el producto. Estamos ya preparando el próximo envío, que viene ahora en octubre. Y tenemos muchas ganas de que el proyecto siga creciendo.
Sabemos que has gastado mucha suela ya, pero remontémoslo al origen de tus numerosas aventuras: ¿cuándo fue la primera vez que emprendiste un viaje por tus propios medios? ¿Y dónde?
Los primeros viajes que emprendí eran escapadas de fin de semana allá donde el vuelo era más barato: Roma, Viena, Ámsterdam, Suiza, Noruega, Finlandia… Pero el primer gran viaje que me hizo plantearme el blog fue Corea del Sur. Era la primera vez que me iba tan lejos y, aunque era en parte por trabajo, era la primera vez que visitaba una cultura tan diferente a la mía. Fue también el primer viaje largo que podía organizar desde cero, decidiendo qué lugares vería y cuáles no.
Tu último gran viaje ha sido al Sudeste Asiático ¿qué impresión te llevaste de cada lugar que visitaste?
Ha sido sin lugar a dudas la mejor experiencia de mi vida. Del viaje me llevé la idea de que viajar es muchísimo más fácil de lo que nos quieren hacer creer. También que no hay edad para coger la mochila y lanzarse a descubrir el mundo.
Carlos y yo fuimos al Sudeste Asiático pensando que era un ahora o nunca, que si no nos lanzábamos nunca lo haríamos y así nos despedimos del trabajo y, con lo que habíamos ahorrado y la mochila llena de ilusiones, pusimos rumbo a Bangkok. En el viaje nos dimos cuenta de que si quieres viajar, puedes hacerlo cuando quieras, porque conseguirás el tiempo. Por eso a la vuelta, aunque nos dio pena acabar esos tres meses, volvimos con la seguridad de saber que, tarde o temprano, volveremos a la ruta.
¿Hay alguna práctica, costumbre o ritual religioso que te haya llamado más la atención?
Me gustó mucho conocer las religiones animistas del norte de Laos. Como ritual, me llamó la atención el que, con cada comida, siempre ofrecieran un poco a la tierra, algo así como a la Pachamama en Sudamérica. También me llamó la atención en Luang Prabang (Laos) y en Mandalay (Myanmar) la recogida de limosnas de los monjes budistas. El respeto que se les tiene y cómo todo el mundo aporta algo para ayudarles, ya que, en teoría, la mayoría de los monjes viven únicamente de las limosnas que les da la gente.
Para los que estén planeando un viaje al Sudeste, ¿qué lugares recomendarías incluir en la ruta?
Recomendaría sin ninguna duda visitar Myanmar antes de que se convierta en una segunda Tailandia, antes de que la gente empiece a cansarse del viajero. También recomendaría Vietnam, por todo, los paisajes, la comida y la gente.
Cambiando de viaje y de continente, en África visitaste Mozambique, ¿cómo nos los describirías?
Mozambique fue mi primer contacto con África y fue un contacto a lo grande. Como teníamos familia que vivía allí, nuestra inmersión fue completa, ya que nos organizaron un viaje con el que pudimos conocer de primera mano familias mozambiqueñas e historias del país. El hecho de que el portugués sea la lengua oficial del país hace que la comunicación con la gente, al menos en las zonas del sur que visitamos, fuera mucho más fácil que en el Sudeste Asiático.
Es un país muy pobre, y eso se notaba en lo poco que nos movimos por él, pero que merece la pena conocer. Durante 15 días estuvimos recorriendo algunas de las playas de Mozambique y nos dio tiempo también a cruzar a Sudáfrica y visitar el Parque Kruger.
De todos los viajes que has realizado hasta ahora, ¿cuál es el que más te ha marcado y por qué?
Diría que los 3 meses que he pasado en el Sudeste Asiático. Más que por los lugares visitados, que también, es el que más me ha marcado porque por primera vez he podido viajar lento. Antes de empezar, tenía una idea de los países que quería visitar, pero no había nada planeado. Solo sabía que empezaba y acababa en Bangkok, pero la ruta estaba abierta.
Era libre de decidir quedarme una semana si el lugar me encantaba o acortar a una noche si no era lo que esperaba. Podía viajar sin prisas, porque tenía 3 meses en blanco en las que mi única ocupación era esa. Fue toda una experiencia salir de la rutina y vivir así.
Leyendo tus vivencias también percibimos cierta debilidad por la gastronomía, ¿podrías desvelarnos cuál es el plato tradicional más original que hayas probado?
Adoro la comida, pero en realidad soy bastante, bastante tradicional. No es el más original, pero es del que estoy más enamorada: el Pad Thai. ¡Podría pasarme la vida comiendo ese plato!
¿Tienes algún reto viajero por cumplir?
¡Millones! El primero y más importante, quiero recorrer Nueva Zelanda en furgoneta. Pero también quiero viajar a Islandia, recorrer Sudamérica, visitar China, volver a Myanmar, conocer Etiopía, Irán, Nepal… ¡Demasiados! Tal vez el más fácil que tengo por cumplir es el de visitar Marruecos, que espero poder tacharlo de mi lista este año.
Si tuvieras que elegir una única frase entre las que más te motivan a seguir viajando, ¿cuál sería?
Me gusta mucho una frase de Miquel Silvestre, un escritor que encaja bastante en el perfil de libros de Wanderlust: “Yo lo único que sé seguro es que el mundo está lleno de fronteras, y que tengo la manía de querer cruzarlas para ver qué hay al otro lado”.
Cruzar fronteras, conocer culturas diferentes a la mía y descubrir paisajes increíbles es mi mayor motivación para viajar.
¡Muchas gracias por esta entrevista tan inspiradora Sara, esperamos ansios@s el próximo Wanderlust!
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