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El blog de viajes by Chapka

Vuelve Vidaje: «Tras la locura del nómada», el documental de Albert Sans

Tras el éxito de Vidaje: «Tras la mirada del nómada», llega la segunda parte de este documental que relata las aventuras por el mundo de Albert Sans «a lomos» de su bicicleta, Vidaje II: «Tras la locura del nómada». Un proyecto en el que hemos tenido el orgullo de colaborar.

Con motivo de este estreno, hemos hablado con su autor y protagonista para que nos cuente todos los detalles de este Vidaje.

 Hola, Albert. Cuéntanos, ¿qué es Vidaje y cómo surgió?

Vidaje, vida más viaje, es encarar la voluntad de ver el planeta y vivir intensamente todo lo que brinda, no como una excepción sino como una forma de vida.

De pequeñito me quedaba embobado viendo los documentales sobre viajes y naturaleza, me parecían ciencia ficción de la que se puede tocar. Esos sueños de niño, sean los que sean, creo que quedan tatuados para siempre y hay que procurar no perderlos de adultos, como aceptando una especie de derrota en algunos casos. 


De adolescente llegaron los libros de viajes, de expediciones, de vueltas al mundo en velero, de nómadas aventureros que existían de verdad. Luego, los primeros simulacros de mochilero en inter-rail por Europa. Vaya, resultó que los fiordos de Noruega, o París, existían de verdad.

Eso fue calando, con una mezcla del clásico inconformismo social y la rebeldía del adolescente que sueña con formar bandas de rock y que no encontraba su lugar en un entorno que empujaba a los eternos estudios y la oficina.

Luego llegó la fiebre surfera, acompañada de viajes en furgo y más adelante, vivir en autocaravana durante largas temporadas. Una mezcla de vida simple y entorno natural que me hacían desear más y más vivir de un modo distinto. Muy cerca estuve de largarme con la autocaravana a ver mundo, pero antes sentí, que tocaba cumplir el otro sueño, el de la música. Ya con 27, me subí a los escenarios con mis canciones y pase unos 3 años siendo una especie de nómada Rockautor por la Peninsula.

Faltaba algo, el entorno, la noche y las ciudades no eran precisamente los mares y montañas con los que había soñado, así que en un momento en el que vi claro que tenia ataduras, ni relación, ni trabajo, ni compromisos me dije: Ahora o nunca.

Primero me perdí 3 meses en Marruecos como una especie de bautismo antes de lanzarme a lo que sería el VIDAJE.

Más de 9 años después, aquí sigo…nómada. Ahora por las circunstancias de la pandemia, en La Paz, Bolivia, pero sigo con mis alforjas y Ona, mi bicicleta, preparada y aparcada bien cerca.

Llevas alrededor de 1.345 aventuras inesperadas, 845 tortillas de patatas y 2.509 canciones tarareadas, pero ¿tienes una idea de cuántos kilómetros y países ha recorrido Ona, tu bicicleta?

No tengo idea, los conté los dos primeros años, pero luego me di cuenta que no me interesaba. Solo quería sumar experiencias y no sentirme mal si un mes hacia pocos km comparados con el anterior porque me dedicaba a convivir más tiempo o a explorar experiencias o zonas. Mi objetivo no es dar la vuelta al mundo, sino ir paseando por él, si puede ser, creo, de un modo y otro, hasta el fin de mis días. Contar los km que me lleve eso, no tiene sentido.

Países pocos, o muchos si se miden en intensidad, es relativo, de ello quiero hablar en el segundo documental. ¿Que importa si te pasas 3 años en Brasil, como es mi caso, recorriendo y caracoleando, incluso repitiendo 3 veces algunas zonas…, pero feliz y cada día viviendo aventuras, o das la vuelta al mundo en esos mismos 3 años y cruzas 100 fronteras?

Lo importante es lo que vivas, lo feliz que seas, lo que aprendas y desaprendas, que sigas tu instinto… Y el mío es fluir, vivir experiencias, concer rincones y tener una vida sana e intensa. Que más me da si en ese andar he cruzado 1 país o 50…. 


Pero voy a la pregunta: Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, Uruguay, Bolivia, España, Cabo Verde y Marruecos.


Lo dicho, Argentina de Norte a Sur y de Este a Oeste… Por Misiones he pasado ya 3 veces caracoleando distintas rutas que tiene. Por Paraguay 3 veces igual, cruzando el Chaco, luego el Sur…años creo en distintas etapas en Brasil. No es lo mismo pasar una semana típica por la Chapada Diamantina o Ilha Grande que vivir meses haciendo todos los trekkings, conviviendo, pescando, explorando, descubriendo, paseando…

«Es un viaje sin prisa, sin ruta, sin fecha de vuelta, fluyendo».

En Vidaje I, afirmas que el ciclista Heinz Stücke llevaba razón cuando dijo que la bicicleta es un carné de buena persona. ¿Crees que tu viaje habría sido diferente sin Ona?

SÍ, totalmente, la bicicleta es mágica, a parte de mantenerte en forma, obligarte a un minimalismo sano de posesiones, ser económica y ecológica, te abre sonrisas y puertas de par en par. La gente te trata muy bien y recibe como si llegara un astronauta, valoran ese “esfuerzo”, esa hazaña…

A mí me encantaba viajar en moto y en autocaravana, pero no hay comparación. Además te permite oler y percibir cada metro del planeta que recorres. Te da tiempo hasta de percibir un ¡Hola! O una sonrisa fugaz, y pararte a charlar.

Cargas más que una mochila y llevas mucha independencia a cuestas, comida, camping, cocina, computadora, guitarra, ropas además del propio medio de transporte. Impagable.

El Vidaje te ha ayudado a ser más minimalista, pero ¿qué es lo que no puede faltar en el equipaje de Albert?

Yo soy el menos minimalista de los cicloviajeros, hasta tengo una extensión en el cuadro que hace de Ona una bicicleta más larga y peculiar. Lo hago para cargar mi guitarra en mejores condiciones, no es negociable, sin “Tita” no podría viajar, me faltaría algo. Durante estos años he compuesto y grabado canciones con mi pequeño equipito de producción. Ella es la estrella después de Ona.

¡Ah! Tampoco puede faltar aceite de oliva. Un lujito en muchos países fuera de España al que no renuncio.

¿Cómo se tomaron esta decisión tus familiares y amigos?

Al principio muchos creían que era una locura pasajera, o que, si bien sabían que siempre lo andaba diciendo o amenazando, algo no saldría bien, me cansaría y tarde o temprano volvería. A medida que fueron siguiendo y viendo que era feliz y que vivía una linda vida, creo que ya lo aceptaron incluso la incredulidad se transformo en una sana envidia y apoyo.

¿Dónde te encuentras en estos momentos? ¿Cuáles habrían sido tus planes si no se hubiera declarado la pandemia?

Estoy en La Paz, aquí hace un año me reencontré con mi hermana que vino a visitarme durante una semana. Pensaba que estaría solo 4 días y saldría pitando de esta grande y peculiar ciudad (que por cierto me gusta mucho), pero el destino me hizo conocer a mi pareja actual, Ninneth, con ella nos entendimos muy bien y como ya estaba con la idea de lanzarse a la aventura, cuadraba con la posibilidad de abrirme a una relación. 


Decidimos convivir unos meses antes de lanzarnos juntos a la carretera y prepararlo todo. Cuando ya estaba todo a punto y teníamos el pie literalmente en los pedales, llegó el COVID y nos obligó a posponerlo todo.

Los planes eran seguir para Perú sin rumbo definido, disfrutar de la relación y el Vidaje, como siempre sin muchos planes, día a día. Ahora vista la situación, con fronteras todavía cerradas y sin poder aguantar mucho más tiempo sin aventura, estoy intentado regularizar mi situación para estar tranquilo viajando por Bolivia, que tiene mucho que ofrecer y encima es más llevadero para mi pareja como iniciación por sus tierras y con familia cerca. Y en cuanto se supere esta peor época pues seguir viajando por el mundo.

La primera parte de Vidaje termina cruzando el Atlántico en un barco en 2015, ¿nos puedes dar un adelanto de qué es lo que nos espera en Vidaje 2?

 Solo un poquito, je je. je Pues empieza contando la experiencia de cruzar el charco, no me la salto, tiene suficiente miga para compartirla. Cabo Verde, Fernando do Noronha, la vida en el velero durante un mes y medio…

Luego llegar a Brasil de nuevo, pero a miles de kilómetros del Brasil que yo conocí en el Sur. Ahora tocaba el gran Nordeste y por caprichos del destino y las burocracias también el interior hasta llegar de nuevo al Sur.

Luego de nuevo, Iguazu en Misiones, Paraguay, Argentina otra vez rumbo a Cordoba y La Rioja… giros inesperados y todo salpicado con capítulos dispares que hablan sobre ciencia, seguridad, peligros, amor, la muerte…

Muy al estilo de VIDAJE I, con mucha chicha… 😉

Todos estos años has estado recorriendo América Latina, ¿tienes pensado cruzar al otro lado del globo y recorrer otro continente?

Siempre que me preguntan sobre otros continentes o lugares respondo: Algún día…
No se si pasare 10 años más en America o si mañana aparecerá la oportunidad de subirme a un velero que nos lleve a las Fidji o a Sud-Africa. Me da igual, no hago planes, voy paseando y no me marco objetivos, así no hay frustraciones y todo es fluir y sorpresa. Pero sí, obviamente llevando la vida nómada que llevo y no divisando ninguna fecha de vuelta o parada, creo que tarde o temprano llegare a muchísimos lugares y convenientes. ¿Cuales? No lo sé.

Para acabar, ¿qué consejos le darías a alguien que esté pensando en lanzarse a la aventura de irse sin billete de vuelta?

Si tiene experiencia, ¡pa’lante! Sin proyectar, fluyendo, creo que es la mejor manera, sin fecha te seducen los rincones, se presentan caminos nuevos, no te pierdes cosas que si tienes fechas quizás te ves obligado a renunciar o priorizar. Sin fecha se vive más al día y es diferente lo que aparece durante el camino y la convivencia con lugareños. No es lo mismo acampar una o dos noches en el jardín de una familia y seguir camino, que convivir unas semanas si se da la conexión, ayudando, aprendiendo, compartiendo, intercambiando… Se abren puertas y caminos “secretos” que de otra manera serían imposibles.

Para el que no tenga experiencia, siempre aconsejo hacer aventuras más cortas, tests para no enfrentarse a un salto tan radical con tanto vertigo. Es como saltar primero de trampolines bajos y medios antes de subir al más alto.

¡Gracias, Albert!

Y ahora sí, aquí te dejamos Vidaje II al completo:

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1 comentario

Anahí Canzian
Anahí Canzian

9 mayo 2021

Este documental es una verdadera obra de arte, desde lo visual, la fotografía, los paisajes, el contenido y la calidez de los relatos de Albert. Realmente inspirador. Después de muchos años redes sociales al fin descubro a un "Influencer".

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