Cinco días de road trip por Sintra y alrededores: romanticismo, enoturismo, patrimonio y naturaleza
0| Publicado el 28 febrero 2019
¿Estás buscando una escapada cercana que combine patrimonio, gastronomía, cultura y vino? ¡Te desvelamos un secreto! Sintra es ese lugar.
Durante el puente de diciembre, realizamos un road trip por Sintra que incluye, además de la localidad de mismo nombre, un total de once freguesias (parroquias, pedanías o barrios) que destacan por infinitos motivos.
El paisaje cultural de Sintra, un collage de romanticismo, naturaleza, villas majestuosas y exquisita combinación de estilos arquitectónicos, está inscrito desde 1995 como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sintra no es lugar de una sola jornada, por ello nos alojamos en una de sus famosas quintas para contagiarnos de su romántico ambiente durante cinco días. A continuación te contamos nuestra ruta y los lugares imprescindibles que ver en Sintra.
Por Eva y Carmelo del blog Dónde Vamos Eva
Día 1: Centro histórico de la villa
La localidad es una sucesión de subidas y bajadas, rampas, escaleras, callejones, miradores. Piérdete por ellos, camina por los recoletos jardines con monumentales fuentes de ricos azulejos. Déjate llevar por el embrujo romántico de las casas de colores que salpican el casco antiguo.
En este idílico conjunto sobresalen los impolutos edificios del Palacio Nacional y la sede del ayuntamiento (entra sin miedo, el claustro es precioso).
El mejor punto de partida es la Oficina de Turismo situada a pocos metros de la céntrica plaza de la República. El edificio acoge el Centro Interpretativo Mitos y Leyendas de Sintra, un viaje por las historias de la villa. La información proporcionada te servirá para descubrir interesantes detalles de la localidad y sus alrededores.
Sintra cuenta con una buena colección de museos. Destaca por su belleza plástica el Anjos Texeira, dedicado a la figura de dos reconocidos escultores lusos, padre e hijo. Un lugar imprescindible que no te robará mucho tiempo, pero que dejará una huella inolvidable en tu viaje.
A la hora de la comida, nos decantamos por el restaurante Romania de Baco ¡acertada elección sobre todo si eres vegetariano! Platos deliciosos, excelente relación calidad-precio y buena carta de vinos locales.
Los días son muy cortos en diciembre, antes de que se vaya el sol entramos en el Palacio Nacional para admirar una de las colecciones de azulejo más importantes del mundo, así como la original forma orgánica del edificio en el que destacan sus chimeneas blancas.
De camino al alojamiento nos dejamos mimar, gastronómicamente hablando, por las Queijadas y especialidades de Casa do Petro, ¡no puedes irte de Sintra sin pasarte por aquí!
Día 2. Nieblas, Monserrate y enoturismo
El segundo día nos recibe con una fuerte niebla que poco a poco se convierte en romántica bruma a la que le sigue una grisácea mañana invernal. Ello hace imposible visitar el Castillo de los Moros y el Palacio da Pena, pero no nos impide disfrutar de uno de los lugares más sorprendentes de Sintra: el Palacio y Parque de Montserrate, incluido en el listado del Patrimonio UNESCO.
Prepárate para descubrir un mundo de fantasía oriental en el centro de Portugal. Extensos jardines con plantas y árboles de todo el mundo, en el que está considerado como uno de los jardines botánicos más importantes del país.
El romanticismo en estado puro te acompaña durante unas horas a través de arquitectura oriental, fuentes, cascadas, estatuas, invernaderos… Un lugar para desconectar.
Le dedicamos más de dos horas a este lugar, no nos quedó más remedio que comer en el restaurante de su área de servicios (muy recomendables sus menús de platos locales). La magia de Monserrate te atrapa de tal manera que es difícil marcharse de allí, pero debemos continuar la ruta.
Dejamos el Monte da Lua en el corazón del Parque Natural de Sintra-Casacais para llegar hasta Colares, una pequeña localidad famosa por sus vinos.
La DOC Colares se extiende alrededor del pueblo, entre las montañas de Sintra y el Atlántico, en una zona de viñedos caracterizada por el paisaje de cepas enterradas en dunas de arena (protección natural frente a los fuertes vientos del océano).
Visitamos la Adega Regional de Colares, la cooperativa de vino más antigua de Portugal y baluarte de esta denominación de origen.
La tarde nos regala la bonita sorpresa de Azenhas do Mar, un pueblecito costero que se desparrama en el acantilado frente al Atlántico. Su playa es una preciosidad y cuenta con zona de piscinas naturales.
Ya de noche, las sinuosas carreteras de la sierra de Sintra nos devuelven hasta nuestro alojamiento, pero antes nos regalan imágenes inolvidables del Palacio da Pena y el Castillo de los Moros iluminados.
Día 3. Romanticismo, Cabo da roca y viñedos de arena
Toca madrugar para estar los primeros en las insufribles colas del Palacio y Parque da Pena. Si madrugas tienes aparcamiento asegurado, pero mejor, ven en bus. Otra opción es subir andando desde el centro histórico, solo recomendable si estás acostumbrado a andar y tu salud te lo permite.
El conjunto da Pena, situado en plena sierra de Sintra es el máximo exponente del romanticismo portugués del siglo XIX. La fantasía creativa del rey D. Fernando II convirtió a Sintra en un reclamo internacional.
Tras la visita, la carretera nos acoge de nuevo para llegar hasta uno de los rincones naturales más fascinantes de la costa lusa, el Cabo da Roca, un lugar escarpado y salvaje considerado el punto más occidental de la Europa continental.
Azoia, el último pueblo habitado antes de entrar en el desolador paisaje del cabo es un buen lugar para comer. El restaurante típico A casa do Luis llama nuestra atención con su menú de platos locales.
Aquí no busques modernidad, todo es tradicional, auténtico. La familia al frente del negocio es muy amable y se esmera por hacerte sentir como en casa. Los pescados frescos se exhiben en un mostrador, ¡tú eliges que pieza comer!
La cataplana (plato típico portugués) nos ha resultado exquisita. Para acompañarla, nada mejor que los vinos de la zona (Rota dos vinhos de Bucelas, Carcavelos y Colares).
Es indescriptible lo que el Cabo da Roca consigue hacer contigo. La brutal energía de este lugar, los fuertísimos vientos que te arrastran, el bramido del agua rompiendo frente a los gigantes y accidentados acantilados, necesitas un tiempo de adaptación para asimilarlo todo.
Unos metros antes de llegar al faro, puedes dejar el coche en un amplio aparcamiento gratuito. Después toca caminar, si el viento lo permite, hasta el monolito que informa sobre la posición del cabo como el punto más occidental del continente europeo.
A partir de aquí, ¡tú eliges el camino! que dependerá de tus ganas de caminar, de tu forma física y del estado del viento. Eso sí, haz caso de las indicaciones, respeta la flora y camina por los lugares señalados.
Tras el golpe de naturaleza indómita seguimos camino hasta la localidad de Fontanelas. Queremos conocer los viñedos enterrados de los que salen los caldos de la DOC Colares. Gracias a las indicaciones que nos han dado en la oficina de turismo del faro, llegamos hasta este bello lugar.
La sinuosa carretera nos regala paisajes inolvidables de la costa atlántica lusa. Antes de que el sol se precipite sobre el océano, encontramos los viñedos enterrados en la arena. Para unos amantes del enoturismo y de las zonas vitivinícolas como nosotros, este momento es único. Nunca habíamos visto nada parecido, ya que no solo se entierran las cepas, también hay árboles frutales protegidos por las dunas hasta la altura de sus ramas.
El viento se apacigua un poco, lo justo para acercarnos hasta el borde del acantilado de Fontanelas que se desparrama hasta la playa de Magoito. En este punto nos despedimos del sol y del océano.
De nuevo en Sintra, paseamos por el casco histórico iluminado por Navidad. Un delicioso chocolate caliente con Travesseiros (dulce típico local) en el Café París da por finalizada esta jornada.
Día 4. Deambular por Sintra, cocido portugués y atardecer en Estoril
Si algo enamora de Sintra, es su singular arquitectura, la adaptación de calles, paseos y avenidas a la orografía de la sierra en la que se ubica. La localidad es ideal para caminar sin sentido, sin ningún plan establecido.
De esta manera salen a tu paso rincones de cuento, fotogénicos, así como imágenes cotidianas de las personas que habitan la localidad, amagadas por el gran número de turistas que se acercan hasta ella.
Artesanos, artistas, panaderos, funcionarios, jardineros, amas de casa, todo un paisanaje que pasa desapercibido, pero que si te tomas tu tiempo, puede llegar a ser tan cautivador como el patrimonio.
La invitación de una amiga nos lleva a Estoril para comer el mejor «cocido a la portuguesa», o eso nos dice ella. El restaurante O Canhoto, es el templo del cocido portugués los domingos al mediodía. Si estás por la zona, no te lo pierdas. La experiencia es de 10, eso sí, llama para reservar si no te quieres quedar sin sitio.
Ya que estamos aquí, aprovechamos para vivir el bellísimo espectáculo del atardecer en Estoril.
Día 5. Quinta da Regaleira y adiós a Sintra
Es lunes, ya ha pasado el puente y Sintra parece otro lugar. Está vacío de turistas, las calles ahora son tomadas por sus gentes.
Nuestro último día lo hemos dejado, aposta, para visitar uno de los lugares más mágicos de Europa. La Quinta da Regaleira merece todo el tiempo del mundo, aquí no puedes venir con prisas.
Hemos vuelto a madrugar para entrar a las 09:30 (hora de apertura) y aprovechar toda la mañana. La quinta está incluida en el Patrimonio Cultural de Sintra (UNESCO), ubicada en pleno casco histórico por lo que puedes llegar a pie sin problema.
Debemos esta joya al arquitecto portugués Carvalho Monteiro quien diseña junto al italiano Luigi Manini, un singular mundo de cuatro hectáreas inspirado en la alquimia, la masonería y los templarios, así como en estilos arquitectónicos que van desde el románico hasta el manuelino.
Regaleira es un alarde de fantasía, romanticismo y belleza que atonta los sentidos. Será en este lugar, donde decimos adiós a Sintra.
El mejor final posible de nuestro road trip de cinco días por esta encantadora tierra portuguesa. Nos espera una nueva aventura más al norte, nuestro próximo destino es Coimbra, pero eso ya, ¡es otra historia!
Consejos:
- Si te alojas en Sintra no es necesario mover el coche. Nosotros lo dejamos aparcado, solo fue necesario para hacer las excursiones por los alrededores.
- Si vienes de fuera, la mejor opción es llegar en tren, la estación se encuentra en pleno casco histórico, luego puedes moverte en autobús a lo largo de los lugares de interés. En Sintra es muy difícil aparcar debido a la configuración de sus calles. ¡Ahórrate males de cabeza intentando aparcar!
- Si viajas en invierno o temporada baja, ten en cuenta los horarios ya que a las 18:00 está casi todo cerrado, algunas tiendas alargan horario hasta las 20:00 y las cenas no se dan más allá de las 21:30 – 22:00.
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