Entrevista a La Mochila trotamundos: “Los sueños nunca se cumplen. Las metas, sí”

A José Manuel, el Brexit le cambió la vida. Desde entonces ha estado recorriendo el sudeste asiático armado con una mochila y un blog en el que nos va narrando su experiencia. Charlamos con él para conocer sus motivaciones a la hora de lanzarse a la aventura de viajar con mochila y sin billete de vuelta.

¿Quién está detrás de tu blog y cómo nace la idea de fundarlo?

El viajero artífice de La Mochila Trotamundos soy yo, José Manuel, un tipo cualquiera que toma decisiones, errando y acertando, intentando no quedarse quieto o aceptando las cosas como son sin más. Un hijo del agobio y un luchador. Nada de un hijo del miedo o del conformismo.

La idea de fundar el blog era y es cubrir el lado creativo.

Desde el momento cero tenía claro que no iba a contar mi vida ni hacerme fotos con los brazos abiertos encima de una montaña, en alguna playa paradisíaca o en una piscina infinita en un rascacielos para colgarlas en las redes sociales. ¡Aunque seguro que tengo alguna así por ahí!

Tampoco me iba a etiquetar como un nómada digital ni iba a grabar vídeos sobreactuando dando lecciones de esto o de aquello o de todo lo guay que soy por ver lo que estoy viendo, visitando o viviendo 🙂

Otra de las ideas principales es generar ingresos disfrutando. Bien porque el blog sea capaz o porque sirva como portafolio para otros trabajos externos.

¿Qué propició que decidieras emprender un viaje sin billete de vuelta?

Brexit. Debería de tatuarme esa palabra porque ha sido uno, quizás el mayor, punto de inflexión de mi vida hasta el momento. Me ayudó a terminar de abrir los ojos y lanzarme a vivir de verdad. A mí no me motiva pagar créditos para tener esto o lo otro, para sorprender a mi vecino, al cuñado que no tengo o a mis supuestos amigos. Tampoco para complacer a ciertos comportamientos sociales porque “es lo que esperan de mí” o simplemente seguir las pautas de “lo correcto” por el sistema que me regó y cultivó todos estos años.

No quiero estar dentro de la colmena. Quiero ingresar en la tercera edad y sonreír por el aprendizaje que me dio la vida fuera de las infinitas horas de oficina insufribles.

Por otro lado todos estamos en el mismo viaje. Mira esa foto en la que apareces en el salón de la casa de tus padres. Quizás tu añores esa época por las no obligaciones. Quizás tus padres porque les prestabas más atención y hacías más caso.

Si logras comprar un billete de vuelta para esos años avísame que nos vamos juntos.

Respecto a la reacción en el entorno, aunque lleve diez años fuera de mi ciudad natal hubo sorpresa como es lógico. Frases tóxicas por aquí y por allá focalizando en ti sus miedos y limitaciones. Dejar un trabajo con buenas condiciones laborales y un salario alto sigue sin cuadrar en como entendemos la vida. Pero vivir sin miedo y con todo es rechazar la falsa estabilidad que te ata y paraliza.

¿Cómo fueron los preparativos de tu viaje?

Romper con lo que tú mismo estableciste y construiste durante ocho años siempre genera inquietud e incertidumbre. Comunicar a tu círculo más cercano que vas a hacer lo que llevas pretendiendo desde hace años, notificar a la empresa que renuncias a tu puesto de trabajo después de varios intentos fallidos, vaciar el piso de alquiler, vender la mayoría de tus cosas incluyendo tu coche, hacer una mudanza con las que te quedan… Aún recuerdo el último día que salí de la oficina y entregué mi tarjeta identificativa. Volvería a repetir los preparativos porque fueron un cóctel de adrenalina explosiva y una montaña rusa de emociones.

Parece que eres más de slow travel, ¿has definido tu itinerario o le estás dando rienda suelta a la improvisación?

Desde mi punto de vista cuando viajas con billete de ida no tienes que completar las “x” cosas para hacer en “x” porque el único tiempo que te limita es el del visado. Y a veces, ni eso.

Mimetizarte con la zona donde estás me parece una experiencia increíble. Tener conexión con tu entorno con quien no tienes ni un idioma en común, hacer bromas, comer o comprar dónde los locales, vivir con el mismo nivel de vida que la mayoría y conocer algún que otro rincón de la ciudad, que tú mismo descubriste, hacen de la visita algo mágico. Luego puedes quedarte también en unos apartamentos apartados con piscina y perderte todo eso.

Mi primera idea era dejar el trabajo justo después de ganar el Brexit para pasar un año sabático. Así que compré el vuelo a Bangkok. Por aquél entonces el presupuesto que manejaba cuadraba para esa historia. Luego pensé que necesitaba unos meses para vacunarme. Así que en esos meses la idea fue madurando y se convirtió en “dar la vuelta al Mundo”. Una vez que inicié el viaje, conforme han pasado los meses, todo esto se ha convertido en “viajar con billete de ida”. Mañana no sé lo que ocurrirá.

¿Qué países has visitado hasta el momento? 

En ocho meses de viaje he visitado Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam y Malasia.

Hay personas, aventuras y situaciones que me han robado el corazón. Permanecen en el recuerdo y es un caramelo dulce cuando se necesita una sonrisa. Todo eso luego lo vinculo al lugar donde sucedió en concreto.

Podría vivir sin problemas en Chiang Mai, Luang Prabang, Siem Reap, Hanoi y Kuala Lumpur. Me gusta el ambiente y las posibilidades que ofrece cada lugar para seguir creciendo como persona.

¿Nos recomiendas algún trekking?

El trekking dónde más disfruté fue en Luang Namtha, ciudad en el norte de Laos, por el grupo de personas que conocí y los amigos que salieron del mismo. Pasamos una noche en la selva en un refugio que construimos con bambú y hojas de plataneros. Taman Negara también es una gran opción si pasas por Malasia aunque mucho menos barata.

En Malasia practicaste por primera vez Snorkeling, ¿cómo describirías la experiencia?

En España hice un bautizo de buceo (Scuba Diving) pero me di un golpe en el pie y no tuve tiempo para completar el curso Open Water y así poder bucear con bombona y autonomía.

Es increíble ver lo que las aguas del mar esconden. Nunca había visto de primera mano tortugas, tiburones o peces payaso. El coral en algunas zonas es también increíble, aunque en otras está totalmente muerto. Hacer snorkeling para mí es perfecto, además de barato y saludable.

No practico ningún deporte en concreto, aunque ponerme un reto de hacer “x” abdominales por días o “x” flexiones no estaría mal tampoco.  Eso sí en Laos, Camboya y Vietnam creo que practiqué motocross por el estado de alguna que otra carretera o más bien camino de tierra con piedras y baches 😉

¿Podrías confiarnos una de tus experiencias más duras de este recorrido? ¿Y una de las más enriquecedoras?

Afortunadamente no he tenido ninguna experiencia que se pueda clasificar como dura. He sufrido algún robo sin mayor importancia, alguna caída en moto que no pasaban de unos rasguños, ir olvidando cosas por los hostales o tener que dejar de lado a algunas personas con las que creías que tenías más afinidad. En definitiva, nada más allá que quede como otra anécdota más.

Lo que más me enriquece son las personas. Este viaje ha dejado ya algunos amigos de esos que son para toda la vida. De los que da igual el tiempo que transcurra sin verlos, pues caerá un abrazote y parecerá que fue el día anterior cuando compartiste un rato.

 ¿Qué le dirías a una persona que sueñe con emprender un viaje sin billete de vuelta pero que no se atreva a dar el paso?

Básicamente le diría que dejase de soñar. Quizás suene un poco rudo. Pero los sueños nunca se cumplen. Lo único que se cumplen si trabajas duro son las metas. Un sueño es una idea. Materializar un sueño es plantear una idea y luego queda trabajar para alcanzar la meta marcada. Es así de simple y complicado a la vez.

¡Mil gracias por esta entrevista José Manuel! ¡Seguiremos tus pasos y los de tu mochila!