Texto e imágenes por Jorge Molinero de la web aventurayfotografia.com
En Pakistán podemos disfrutar de una de las escenas más increíbles y especiales del mundo. Bajo las faldas de una de las catorce montañas más altas del planeta, el imponente Nanga Parbat, con sus 8.125 metros, y si tenemos la suerte de coincidir con el momento adecuado, podemos asistir a los habitantes locales jugando al deporte nacional: el polo. Es inolvidable contemplar un duelo de habilidad y destreza en un enclave absolutamente único, un espacio idílico que permite ver deporte literalmente en el “balcón del cielo”, rodeado por gigantes de piedra y glaciares milenarios.
Fairy Meadows y el acceso al Nanga Parbat
Para disfrutar de este espectáculo único, lo primero es llegar a Fairy Meadows, uno de los prados más bellos y remotos del Karakórum. Acercarse al Nanga Parbat es en sí mismo un desafío épico. Una vez se deja el vehículo, comienza un trayecto en 4×4 por carreteras de montaña estrechas y traicioneras, donde cada curva sobre precipicios es una prueba de adrenalina. Nosotros pinchamos y, debido a un desprendimiento reciente, tuvimos que cambiar de vehículo a mitad del camino.

Tras superar este primer obstáculo, el sendero de trekking nos llevó dos horas a través de bosques de pinos centenarios hasta llegar a Fairy Meadows. El lugar es mágico: la montaña se impone con todo su poder, un glaciar negro contrasta con la verde llanura, los picos nevados dominan el cielo y el silencio se rompe por el viento y los riachuelos del valle. Los colores cambian con la luz del día, y al atardecer, los tonos dorados y malvas tiñen la nieve y se reflejan en el lago, creando una pintura viva que deja sin aliento a cualquier viajero.

El polo: tradición y cultura en el Karakórum
El polo es mucho más que un deporte en esta región; es una tradición que ha perdurado durante siglos en los valles de Gilgit-Baltistán. Practicado sobre caballos nativos y con mazos largos, es un juego que combina fuerza, agilidad y precisión. Los jugadores se mueven con velocidad sorprendente, maniobrando entre obstáculos naturales mientras buscan golpear la pelota en una competición que es tan cultural como deportiva. Asistir a un partido es contemplar un espectáculo que une deporte, tradición y paisaje: mientras los jinetes compiten, el Nanga Parbat y los picos del Karakórum se alzan como gigantes mudos, convirtiendo el valle en un escenario de épica natural y humana.

El polo en Fairy Meadows no es un deporte de exhibición; es parte de la vida diaria de los locales, una expresión de su relación con la montaña y el valle. Acompañado de partidos de críquet en la llanura, el atardecer se convierte en un ritual, un momento en que la luz y la tradición se combinan para crear recuerdos que quedan grabados para siempre.
La experiencia de Fairy Meadows
El trekking hasta Fairy Meadows, de unas dos horas de duración, recompensa con vistas que parecen irreales. La infraestructura del lugar sorprende por su cantidad y calidad, y los alojamientos permiten disfrutar de la cercanía con la montaña en todo su esplendor. El amanecer sobre el Nanga Parbat es un espectáculo de luz, sombra y glaciares que transmite una sensación de inmensidad y serenidad al mismo tiempo. Caminar por los senderos de Fairy Meadows, cruzar los prados y observar los glaciares desde el viewpoint cercano, es sentir la naturaleza en su estado más puro y salvaje.

Gilgit-Baltistán: la joya del norte de Pakistán
Fairy Meadows se encuentra en la región de Gilgit-Baltistán, un territorio que limita al norte con China y al oeste con Afganistán. Esta región es famosa por sus enormes altitudes, glaciares milenarios, ríos caudalosos y valles de ensueño. Aquí se encuentran algunos de los picos más altos del planeta, como el Nanga Parbat, y glaciares como el Batura o el Passu. Los valles de Hunza y Nagar ofrecen aldeas pintorescas, cultura ancestral y paisajes que parecen sacados de un sueño.
Además de la montaña, Gilgit-Baltistán ofrece experiencias culturales únicas: mercados locales, gastronomía tradicional, festividades y la posibilidad de observar deportes como el polo o el críquet en un entorno natural incomparable. Esta combinación de naturaleza y cultura hace que la región sea un destino imprescindible para cualquier amante de la aventura y la exploración.




Recomendaciones para un viaje a Gilgit-Baltistán
- Fairy Meadows: visita obligada para trekking, fotografía y contemplación del Nanga Parbat. Los alojamientos locales permiten disfrutar de vistas inolvidables y de la cercanía de la montaña.
- Campo base del Rakaposhi: altamente recomendable. Dormir en el último campamento ofrece vistas directas al Rakaposhi, el Darían y sus glaciares milenarios, y permite experimentar la grandiosidad de la cordillera en todo su esplendor.
- Valle de Hunza: imprescindible recorrer sus aldeas, visitar Karimabad y el fuerte de Baltit, y disfrutar de panorámicas de los Passu Cones y el glaciar de Passu.
- Partidos de polo y críquet locales: una experiencia cultural imprescindible, que combina deporte, tradición y paisaje en un entorno único.
- Glaciares y miradores: Passu Glacier, Batura Glacier y Ultar Sar ofrecen panorámicas espectaculares y oportunidades de fotografía inigualables.
- Gastronomía local: probar platos tradicionales como el chapshuro, carne de yak y dulces locales, y participar en festividades regionales.
- Transporte y logística: usar vehículos 4×4 y guías locales es imprescindible para acceder a Fairy Meadows y otros puntos remotos.
- Contacto con los locales: Una de las características más singulares de los habitantes del norte de Pakistán es la simpatía, cercanía y educación de sus habitantes, por lo que interactuar con los locales es de los grandes alicientes al viajar a esta región del país.
Pakistán, y en especial Gilgit-Baltistán, es un territorio donde la montaña alcanza su máxima expresión. Cada valle, cada río y cada glaciar cuentan historias de resistencia y belleza. Contemplar un partido de polo con el Nanga Parbat de fondo es un privilegio único: deporte, tradición y naturaleza se funden en un espectáculo que no se olvida. Los valles de Hunza, Fairy Meadows, el Rakaposhi y los glaciares cercanos nos recuerdan que esta región alberga algunas de las montañas más bellas y legendarias del mundo, y que un viaje aquí deja imágenes y recuerdos para toda la vida.

Seguro de viaje a Pakistán
Tener un seguro médico de viaje no es obligatorio para visitar Pakistán, sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda contratar un seguro que cubra cualquier asistencia médica, evacuación en zonas remotas y posibles actividades de aventura, para disfrutar del viaje con total tranquilidad. Además, el sistema sanitario en Pakistán es muy deficiente. De hecho, fuera de las grandes ciudades, la asistencia médica de calidad es prácticamente inexistente.
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