Sudamérica mon amour: un viaje por el continente sin billete de vuelta
0| Actualizado el 9 diciembre 2019
¿Qué ocurre si juntas a dos amantes de las escapadas y la aventura? Pues lo inevitable, ¡se van a viajar por América Latina sin billete de vuelta! Diane y Mauri, francesa y argentino, autores del blog Sudamérica Mon Amour se encuentran descubriendo el continente y nos han concedido esta entrevista plagada de emociones, consejos y anécdotas.
¿Quiénes son Diane y Mauri?
Son dos personas muy distintas, Mauri, un argentino que ha residido en España los últimos quince y Diane, francesa, que lleva tres años viviendo en Mallorca. Diane estudió hostelería, le encanta todo lo que toca a esta industria y eso incluye viajar. Además es muy organizada, en cambio Mauri, como buen latinoamericano, es más relajado, muy sociable, habla hasta por los codos y siempre busca reírse de todo.
Y como es de sospechar: dos apasionados por viajar se han unido en esta aventura por Sudamérica y han creado este blog para compartir experiencias e intentar contagiar estas ganas de dejar todo, armar la mochila y salir a disfrutar de la vida.
Sospechamos que este gran viaje requiere una infinidad de preparativos, ¿cómo os organizasteis y de qué pensáis que se debe equipar todo aquel que emprenda un viaje largo? Parece ser que la crema solar no puede faltar, ¿no Mauri?*
Buena actitud, positivismo, paciencia, comprensión, una buena cámara de fotos y mucha iniciativa. La organización es casi indispensable, aunque todo se desdibuja una vez que uno se sube al avión, lo referente a lo administrativo es importante: visas, vacunas y el seguro. Planes alternativos, como distribuir el presupuesto, tener claro lo que se quiere hacer sí o sí y lo que no es prioritario, para evitar frustraciones. ¡No es nada lindo que todo el mundo te hable de ese tour o de esa isla y a vos solo te alcance el dinero para quedarte en el muelle!
De momento habéis visitado Colombia, Ecuador y Perú. Sobre Colombia os ha gustado mucho Medellín, ¿qué tiene esta ciudad? ¿Algún consejo para recorrerla?
Nos ha gustado mucho porque un ambiente más relajado que otras ciudades grandes de Colombia. Montaña, pueblos muy bonitos a una hora como Guatapé, colores, museos…
Nos pareció más organizada que Bogotá, está limpia y es bastante segura aunque como siempre es recomendable ir con precaución. Los medios de transporte funcionan muy bien, sobre todo el metro, también hay metrocables (teleféricos) para moverse a las zonas que están sobre las montañas. Para recorrerla lo ideal es el metro. Por unos 75/80 céntimos de euro económico y muy controlado por la policía, aunque en horas punta parece que toda la ciudad se quedó sin coche y sin bicicletas.
También tiene mucha historia que ofrecer. No por Pablo Escobar, aunque genere un interés especial en la gran mayoría de los turistas, sino por la calidez de su gente, su clima, una ciudad bastante organizada.
Se dice que es la ciudad de la eterna primavera. ¡A nosotros nos encantó!
También en Colombia tuvisteis la oportunidad de pasar un día con una familia indígena Wayuu, ¿qué significó para vosotros este encuentro tan especial?
Creo que fue uno de los días que jamás olvidaremos. Teniendo en cuenta que existen muy pocas comunidades indígenas en Latinoamérica, compartir un día con ellos, sus familias, sus costumbres, sus creencias, su comida, su historia…Fue una oportunidad única.
De hecho, nosotros queríamos involucrarnos tanto con ellos después de conocer sus “vidas” que decidimos crearles una página web, ya que uno de ellos es ornitólogo, especializado en aves del bosque seco de la Guajira y tiene una empresa de tour como el de avistamiento de flamencos. Esto nos permitió poner en marcha nuestro pequeñísimo proyecto de ayudar a las comunidades locales de donde pasamos.
Anécdotas en viaje tendréis muchas…¿podéis contarnos alguna graciosa?
*Hemos tenido muchas situaciones graciosas pero lo que más nos marcó fue las quemaduras de sol de Mauri. Estuvimos bajando el Río Palomino en Colombia, en lanchan junto a una familia que conocimos allí. Estaba nublado pero igual nos pusimos crema protectora “Factor 50”. Mauri casi no pudo meter un pie en el agua porque le parecía fría así se quedó en la lancha durante toda la bajada. Tras más de 2 horas de bajada, Mauri se había convertido en una langosta. Estaba tan quemado que tuvo que ponerse en casi todo el cuerpo y durante toda la tarde aguapanela, aloe vera y crema para quemaduras de cocina. Fue al día siguiente, llegando a Riohacha en la Guajira, cuando descubrimos que en esta zona usaban protección “factor 110”.
Parace que Ecuador os ha encantado, ¿qué ruta recomendarías hacer?
¡Todo Ecuador nos robó el corazón! ¡Nos ha faltado tiempo! Estuvimos en Quito, en donde recomendamos ir a la Plaza de la Independencia los lunes a las 11 de la mañana para ver el cambio de guardia Presidencial).
Subimos al Cotopaxi y a la laguna del Quilotoa, luego fuimos a un pequeño pueblo costero llamado San Clemente. Este pueblo todavía lleva rastros del terrible terremoto del 2016 que destrozó a varias ciudades alrededor. De hecho durante nuestra estadía nos tocó sentir un pequeño terremoto que nos asustó un poquito mucho. Fuimos a la Isla de la Plata para ver ballenas, una experiencia fantástica.
De la costa, bajamos a Cuenca, definitivamente lo más recomendable, en la Sierra. Nos enamoramos de la región. Nos invitaron a un viaje de prensa para conocer algunos lugares de esta imperdible zona. Tiene tesoros escondidos de naturaleza, cultura, artesanía. Y en Cuenca particularmente puedes desde, hacer escalada, con todos los niveles de dificultad posibles en el mismo cerro, que lo puede tanto un niño de 6 años como un abuelo de 80, o, por ejemplo, hacer canopy o una cabalgata con luna llena.
Visitar un orquideario donde ver más 3500 especies de orquídeas, de las más de 4200 que tiene Ecuador, hasta ver cómo se lleva a cabo la terminación del mejor sombrero del mundo conocido como “Panama hats” que realmente es en Ecuador donde se teje y se termina o ver in situ como se teje de la manera más artesanal en un telar tradicional una Makana (chasmina o chal) en un taller con más de 100 años de historia. Cuenca es un concentrado de belleza cultural, de iglesias, de naturaleza, de historia pre-Inca e Inca, de artesanías, de tradiciones, de amabilidad de su gente, y de un sin fin de etcéteras.
Dicen que en Ecuador puedes desayunar en la costa, almorzar en la Sierra y cenar en la Selva. Creo que se debería recorrer cada rincón del país. ¡Ha sido hasta ahora el mejor lugar que visitamos!
¡Queremos saber más sobre esa experiencia de baño marino con ballenas!
Al empezar el viaje hasta la Isla de la Plata en bote, no tuvimos suerte y casi no vimos a ninguna ballena, solo algunas colas y aletas saludándonos. De camino de vuelta a Puerto López donde había salido el barco, casi llegando al puerto empezó un show increíble. Una ballena saltando, ¡dos, tres, cuatro! Fue como un baile interminable de estas criaturas inmensas solo para nosotros. Es algo que recomendamos sin duda, ¡único!
Nos hemos percatado que ambos compartís un gran interés por la gastronomía, ¿qué os está pareciendo la comida tradicional que estáis descubriendo? ¿Qué platos nos recomendaríais?
Para nosotros no se puede apreciar la cultura de un país sin pasar por su comida. Muchos tienen rituales con bebidas especiales, platos típicos, infusiones de plantas y más.
Por ejemplo en Colombia y también en Ecuador, hay una variedad increíble de frutas, algunas que no conocíamos como la Guanábana o la Guayaba. En la costa caribeña colombiana y en la costa ecuatoriana se comen muchos ceviches, mariscos y pescados fritos en general. Al bajar cerca de Villa de Leyva en Colombia, carne asada, morcillas, chinchulines y carnes en general. Ambos comen muchas sopas y caldos.
Definitivamente recomendamos los ceviches que son deliciosos tanto en Colombia como en Ecuador. En Colombia probamos el chivo con coco, unos trozos de chivo con verduras y plantas aromáticas, cocinado en leche de coco y servido con arroz con coco, una delicia que haremos de vuelta a casa, y de la cual pueden encontrar la receta en nuestro blog. El viche de pescado, típico plato ecuatoriano Manabí, es una sopa con pescados frescos, yuca, maní, plátano maduro, verduras. Muy sabroso y rico en calorías.
Hemos probado todo, desde la comida callejera pasando a los platos tradicionales como el Cuy o chicha fermentada artesanal en una comunidad indígena de Gera, Cuenca. También recomendamos probar los mejores productos de cada país como el café en Colombia o el exquisito chocolate de Ecuador, ¡nos encantaron!
¿Qué es lo que más os ha sorprendido hasta ahora?
Por un lado es la gran diversidad de paisajes, los contrastes en tan solo unos kilómetros de distancia. Y por otro, es la gran capacidad que tiene la gente para ingeniárselas y poder traer un sueldo a sus casas.
Todos consiguen salir adelante: abrir una pequeña casa de comidas en el propio salón de su casa, una tiendita, vender en la calle cualquier cosa…Tal vez esta es la gran característica de los sudamericanos: jamás la cruda realidad les acorrala, ellos siempre salen adelante como sea.
¿Habéis vivido algún choque cultural? Tú, Mauri, siendo argentino, ¿tiendes a sorprenderte tanto como Diane?
¡El choque es inevitable! Y aunque yo esté más preparado igualmente, tras vivir 15 años en España, me había “desacostumbrado”. A Diane le sorprende sobre todo el desorden y la falta de conciencia por la conservación del medio ambiente.
¿Os planteáis continuar vuestro viaje por otro continente después de Sudamérica?
Nos encantaría continuar por Asia. Quizás no sea inmediatamente al terminar este viaje pero, ¡será el próximo seguro!
Los hay que viajan para desconectar, otros que lo hacen para abrir sus horizontes… Y vosotros, ¿cuál diríais que es vuestra mayor motivación?
Conocer: conocer más al otro y a nosotros mismos. También es una ventaja profesional vivir esta aventura. Descubrir otras culturas, productos gastronómicos excepcionales y costumbres de hospedaje diversas para proyectos personales futuros. Visitar lugares que no conocíamos, aprender a vivir con culturas diferentes aunque hablen el mismo idioma en el caso de Mauri. Y también para desconectar; la suma de todas estas cosas fueron motivación más que suficiente para armar la mochila y emprender este camino que jamás olvidaremos.
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