El coleccionista de ciudades: más de dos años viajando
0| Actualizado el 9 diciembre 2019
Viajar sin billete de vuelta, dos working holiday visas y escapadas por doquier . Álvaro es un auténtico aventurero y amante de la fotografía, pasiones que nos trasmite a través de su blog El Coleccionista de Ciudades.
¿Quién es Álvaro y de dónde le surge esa pasión por viajar y plasmarlo en un blog?
Pues nací y me crié en El Palo (Málaga) y con 20 y pocos emigré a Bélgica con mi pareja y compañera de viaje, Perrine. Conocer Bélgica despertó el gen viajero que había en mí. Más tarde viajamos a la India tres meses y este viaje marcó un antes y un después en nuestras vidas: era el primer viaje fuera de Europa y el gran contraste que vivimos no nos dejó indiferente, fue una experiencia muy especial. Desde entonces no hemos parado ni un momento y siempre andamos planeando algún viaje ¡incluso cuando estamos viajando!. Dejamos nuestros trabajos por segunda vez y ahora estamos inmersos en nuestro segundo viaje largo sin billete de vuelta.
Un día decidí que crearía un blog para tener todas las memorias de mis viajes plasmadas en letras, un baúl de recuerdos que perdure para siempre y que pueda enseñar a mis hijos y nietos. Y si de paso puedo ayudar a otros viajeros con ello, ¡pues aún mejor!
En tu blog te defines como viajero mochilero-low cost y en tus viajes siempre realizas algún tipo de voluntariado, helpX,…¿qué aportan estas experiencias a tus viajes? ¿cómo cambian la forma de convivir y conocer a la gente local?
En nuestros viajes siempre intentamos exprimir al máximo nuestro presupuesto: viajamos con mochila para tener más movilidad y nunca vamos a hoteles caros, pensamos que es un dinero que podemos utilizar en otras cosas más interesantes como museos o entrada a lugares. Nos movemos en transporte público y si es necesario hacemos autostop, no nos importa dormir en casa de locales a través de couchsurfing o en campings y comer en mercados y puestos callejeros. Esta manera de viajar nos permite conocer a mucha gente local aunque a veces pueda ser un poco incómodo.
Son experiencias que hacen que un viaje pase de bueno a inolvidable. Hacer trabajos con HelpX nos ha dado experiencias muy gratificantes en nuestros viajes. Hemos conocido la cultura local de más cerca y hemos ayudado a gente a cambio de comida y alojamiento.
Por ejemplo, recientemente trabajamos con alguien en el Yukon (Canadá) a través de esta plataforma. Trabajamos con perros de trineo, algo muy típico de la zona. Conectamos con locales a diario y aprendimos mucho sobre este mundillo tan curioso, fue una experiencia muy especial y apropiada para el Yukón.
Además de voluntariado e intercambio, también has trabajado con la working holiday visa en Nueva Zelanda y Canadá, ¿cómo conociste este visado y qué te hizo elegirlo? ¿a quién se lo recomendarías?
Para viajar necesitas dinero, por muy low-cost que seas. Con la working holiday visa pudimos encontrar la combinación perfecta para poder seguir viajando sin gastar todos nuestros ahorros. Supe lo que es una WHV a través de otros blogs de viajes. Tuvimos la suerte de tener la complicada plaza para ir a Nueva Zelanda donde pasamos 6 meses maravillosos viajando con una van por las dos islas, aprovechamos que estábamos por allí para viajar a otros países como Australia, Tonga y el Sudeste Asiático. Hace poco hicimos lo mismo en Canadá durante 5 meses, viaje que continuamos por América en estos momentos y que aún no tiene fecha de vuelta. (¡Saludos desde Guatemala!).
Si quieres vivir una experiencia de trabajo única en grandes países como Nueva Zelanda, Australia o Canadá quizás esta sea tu mejor opción. Si además te gusta viajar, ¡es la excusa perfecta!
Algo que nunca falte en tus viajes
Puede sonar a broma pero desde que descubrí lo útil que puede ser un frisbee, es algo que nunca falta en mi mochila. Y te preguntarás, ¿un frisbee? Un frisbee te puede sacar de muchos apuros, aquí algunos ejemplos:
Un frisbee te puede servir de plato de comida, de tabla de cortar, para sentarte, de bolsa combinándolo con una bufanda ancha o puedes utilizarlo para su cometido principal: jugar… Deslizarte con él por dunas o nieve como hicimos en los paisajes congelados de Canadá y en los desiertos de California.
Tampoco falta una buena cámara de fotos, la fotografía la considero como una de las cosas más importantes mientras viajo.
¿Hay alguna costumbre de un país que descubrieras viajando y que te haya sorprendido?
Hay una en particular que conocimos no hace mucho que me preocupó bastante: la cultura estadounidense de usar y tirar, ¡es increíble cuanta basura se genera! En todas las casas que estuvimos alojados (excepto una) no tenían platos normales. En Estados Unidos es muy común tener platos y vasos desechables, por no hablar de los restaurantes, cafeterías o donde sea que ofrezcan algún servicio de comida. A veces me miraban raro cuando pedía un vaso de cristal para beberme algo. Esta costumbre debería cambiar pronto. En Seattle vimos una mejoría, parece que la gente por allí está más concienciada con el planeta.
Una cultura que me llamó la atención para bien es la japonesa. Lo que más me gustó es el respeto con el que se trata a la gente y el medio ambiente (no hablo de lo que hace el gobierno). Nunca me he sentido tan bien tratado como en Kioto, una de mis ciudades favoritas. Me impresionaba casi todo lo que veía, son tan diferentes a nosotros que parece que estás en otro planeta. Algún día me gustaría volver al país y recorrérmelo sin prisas por lugares más desconocidos.
¿Puedes compartir con nosotros alguna experiencia graciosa o insólita que te haya ocurrido viajando?
Os cuento un par de experiencias que ahora pueden llegar a ser graciosas pero que en su momento no lo fueron tanto:
-En Tonga, unas islas del Pacífico, para ahorrarnos unos pa’angas (moneda nacional de Tonga) decidimos no tomar el bote que nos llevaba a la isla de Uoleva y hacerlo de la forma local de cruzar de una isla a otra a pie sobre una barrera de coral con marea baja (muy mal, lo sé, eramos totalmente ignorantes del daño que hacíamos al coral). La isla de Uoleva es una isla desierta con lo que no existen tiendas, electricidad ni nada por el estilo, solo un par de hospedajes con lo básico. Teníamos pensado quedarnos unos días en la isla con lo que tuvimos que comprar provisiones de comida y agua. Cuando estábamos en mitad del cruce con los pies lleno de cortes por el coral, las bolsas rotas con las provisiones cayendo al mar y la marea que subía y nos cubría por la cintura mojando nuestras mochilas con una corriente que casi nos tiraba hicieron replantearnos el seguir hasta el final, sobre todo sabiendo que allí ha muerto gente. Finalmente decidimos seguir hacia delante como pudimos y llegamos con los puños en alto y casi llorando, ¡lo habíamos conseguido! Lo que pasó después en la isla lo podéis ver en el blog. Moraleja, ante una situación así, invierte tu dinero y no te la juegues. ¡Con lo fácil que hubiera sido haber tomado ese bote!
-Viajando por Nepal, precisamente desde Lumbini hasta la frontera con la India, nos queríamos subir a un autobús que estaba a rebosar. Al no caber nadie más, y en India nadie más significa NI UN ALFILER MÁS, nos ofrecieron viajar en su techo junto a unos bidones de leche y algunas bicicletas. Aceptamos porque no nos quedaba otra. Resultó ser una carretera de tierra con más hoyos que otra cosa, era algo que nos esperábamos. Cuando empezámos a dar saltos en lo alto del techo agarrándonos como podíamos a la baca del bus para no salir volando se nos derramó la leche de los bidones en lo alto a la vez de que mi gorra salió volando. Empezamos a golpear el autobús para que parara y después de casi romper el cristal conseguimos que pararan. Al final pudimos recuperar la gorra y recolocar los bidones para que no se volvieran a derramar. Al día siguiente teniamos el culo lleno de moratones de los saltos que dabamos contra la baca del autobús. ¡Nunca más!
Habéis estado en el continente americano más de un año, ¿qué lugares visitásteis?
Pasamos mucho tiempo en América del Norte, ¡es inmenso! Empezamos por Estados Unidos donde estuvimos viajando dos meses haciendo un road trip por los estados del suroeste (California, Nevada, Arizona, Nueva México, Colorado y Utah) y un mes por el estado de Washington al noroeste del país acampando gratis en la naturaleza, haciendo muchas caminatas y conociendo grandes ciudades como LA, San Francisco, Las Vegas, Phoenix o Seattle.
Desde allí volamos a Vancouver (Canadá) y nos quedamos unos 5 meses entre las provincias de Columbia Británica, Yukón y Alberta donde estuvimos mano a mano con la naturaleza más salvaje y solitaria, trabajamos dos meses con la WHV y estuvimos dos semanas haciendo HelpX con perros de trineo. Durante nuestra estancia en el Yukón aprovechamos para visitar a la conocida como la última frontera, Alaska. Visitamos lugares como Toronto, Montreal o Quebec y nos fuimos una semana a la loca Nueva York con unos amigos malagueños que venían de visita.
Desde allí tomaríamos un vuelo a México donde hicimos una ruta mochilera desde el Pacífico (Puerto Vallarta) hasta el Caribe (Cancún) durante 33 días. Desde Cancún volamos a Cuba donde pasamos 17 días en este sorprendente país del que aprendimos y nos ofreció más de lo esperado. Volvimos a Cancún y viajamos por el paradisiaco estado de Quintana Roo por unos 16 días en nuestro camino hacia América Central. Por último estuvimos en Belice, Guatemala y Cuba.
Si tuvieras delante a una persona que no viajara por miedo a salir de su zona de confort, ¿qué le dirías?
Si de verdad te gusta viajar no hay razón para no hacerlo, ¡despierta! Una vez ahí fuera te darás cuenta de que no es tan complicado ni peligroso de como lo pintan en periódicos o televisión. Tampoco necesitas ser rico para viajar, existen muchas fórmulas diferentes con las que incluso puedes ganar dinero mientras viajas.
Para vivir experiencias diferentes tienes que romper la barrera de a lo que estás acostumbrado y adentrarte en lo excepcional, tu mente vivirá una explosión de nuevas sensaciones que te harán repetir y conocer más. Entrarás en una rueda de la que difícilmente podrás salir. ¡No hay nada ni nadie que te detenga!
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