Dos viajeros en Nueva Zelanda con la Working Holiday Visa
0| Actualizado el 9 diciembre 2019
Silvia y Sergio son los autores del blog Sin Parar de Viajar nombre que describe a la perfección la filosofía de vida de esta pareja que nunca para de moverse. Esta pasión les ha llevado a vivir una experiencia en Nueva Zelanda con la working holiday visa. ¡Nos lo cuentan!
¿Cómo os conocisteis y que os lleva a crear un blog de viajes?
Pues todo empezó una fría mañana de noviembre cuando Silvia llegaba a este mundo…¡es broma! Nos conocimos en el trabajo y pronto nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común, entre ellas la pasión por viajar. Después de unos cuantos viajes juntos decidimos aventurarnos con el blog y nuestro principal objetivo era y sigue siendo facilitar la organización de los viajes a otras personas, igual que nosotros nos apoyamos en otros blogs. Por eso en nuestro blog se puede encontrar un poco de todo: relatos viajeros, guías, consejos tanto de fotografía como para los que quieran emprender un blog online.
De todos los viajes que habéis realizado, ¿cuál os gustaría destacar?
Islandia sin duda marcó un antes y un después en nuestros viajes. La naturaleza tan salvaje, tan poco «tocada» por el hombre, cascadas salidas de la nada a los lados de la carretera, playas de arena negra o el lago de iceberg con pedazos de hielo que parecen diamantes en arena negra… ¿quién no se puede enamorar de algo así?
Es un país tan increíble que lo primero que pensamos fue “¿por qué no hemos descubierto este lugar antes?» por eso también estamos en Nueva Zelanda actualmente ya que, a pesar de sus muchas diferencias, ambos lugares comparten bastantes similitides como por ejemplo la naturaleza.
Durante alguno de vuestros viajes, ¿cuáles han sido las actividades más arriesgadas que habéis realizado?
Yo, Sergio, tengo que decir que he practicado un par de veces el paracaidismo y es sin duda lo más arriesgado que he probado nunca pero se lo recomiendo a todo el mundo, ¡yo mismo estoy deseando repetir! El subidón de adrenalina cuando estás sentado en la puerta del avión es indescriptible.
Habéis vivido alguna experiencia en un viaje que os haya hecho pensar: «¡quiero volver a casa»!
Siempre hay algún momento puntual en los viajes en el que piensas: ¡con lo tranquilos que estaríamos en casa! pero al final siempre se termina convirtiendo en una buena anécdota para contar.
El último fue en Camboya, concretamente en Angkor Wat, cuando el primer día decidimos visitar los templos en bici. Salimos del hotel y estábamos a 40 grados. Decidimos tomar un camino alternativo con la bici y cuando llegamos a los templos resulta que la entrada solo se podía comprar en las taquillas que estaban cuatro kilómetros de distancia. ¡En ese momento nos entraron ganas de llorar y de volver a casa!
Sin embargo, decidimos hacer autostop y una familia encantadora camboyana nos llevó a las taquillas, nos esperó y nos devolvió al lugar donde habíamos dejado las bicis, nos regalaron agua y hasta comida. Nosotros les correspondimos con unas fotos todos juntos.
Y, al contrario, ¿recordáis algún momento muy especial en el que pensarais: «no pararemos nunca de viajar»?
Creo que esta pregunta se responde también con la anterior, porque lo mejor de viajar es la gente que vas conociendo en el camino y que hace que todo sea especial. Por eso no pararemos nunca de viajar y de seguir conociendo gente por todo el mundo.
Ahora mismo os encontráis en Nueva Zelanda con una WHV ¿qué os ha llevado a emprender esta aventura?
Antes de lanzarnos sentíamos que debíamos cambiar algo en nuestras vidas, hasta ahora lineales y sin muchas expectativas de cambio. Viajar a Nueva Zelanda suponía un cambio radical para nosotros. Nuevo idioma, nuevos trabajos, nuevos amigos… ¡y por supuesto un país increíble por descubrir!
¿Hay algo que os hubiera gustado saber antes de llegar al país kiwi?
Nos hubiera gustado saber las dificultades de encontrar trabajo con este tipo de visado.
Pero haciendo balance, nuestra experiencia está siendo muy positiva, sin duda hemos vivido y seguiremos viviendo algunos momentos difíciles que hay que afrontar y superar, pero esto es algo que ya sabíamos. Forma parte de todo lo que aprendes cuando estás lejos de casa.
¿Qué consejos le daríais a todos aquellos que sueñen con vivir experiencias como las vuestras pero a los que el miedo les frene?
Que aunque sea difícil abandonar todo lo que uno conoce para empezar desde cero en otro lugar del mundo, la experiencia merece la pena por todo lo que se aprende en el camino. Cada día es un reto que te obliga a superarte a ti mismo y que amplia tu zona de confort mucho más de lo que hubieras podido imaginar.
Muchas gracias chicos por compartir vuestros consejos y aventuras con vosotros, ¡seguiremos de cerca vuestras andadas por el mundo!
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